Eso que te hace sonreír y llorar, suspirar y jadear.
Odiar, anhelar, reflexionar, bufar, amar.
Odiar, anhelar, reflexionar, bufar, amar.
Tenía de agarrarlo y cuestionarlo. Hacerle desde las preguntas más estúpidas como "¿te gusta el chocolate?" hasta la que más me interesaba "¿te gusto?", "¿me amas?". Tenía ganas de ahorcarlo y de abrazarlo; tenía ganas de todo y de nada.
No sabía que tan natural sería, capaz que ya era demencia, pero la necesidad de espiarlo y saber todo sobre su maldito ser se encontraba en cada poro, en cada vena, en cada músculo de mi persona.
Seré insignificante como una mosca, seré Goliat, seré Dios mismo o quizás ya no sea nadie, pero no podía evitar ya lo que él me afectaba. Y quizá él me haga revivir.
O un espectro crear.
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