lunes, 21 de marzo de 2011

Entre el lago y el arbol, hay una pequeña distancia. Podria ser un metro, quisas dos. Un dia, un pajaro azul como el cielo, tanto que era casi imposible notarlo si se encontraba volando en aquellos dias que las nubes no deseaban aparecer, no se lo notaria. El ave se poso entre el lago y el arbol, y miro la distancia que habia entre ellos. Al pasar los minutos, decidio posarse sobre una de las ramas del arbol, la cual no dudo en sacudirse para asegurar estabilidad. Ahora, no creo poder describir la cancion que sono por el lugar, pero el suave silvido del pajarito hizo que el arbol le diera las gracias. Se puede decir que este primer acercamiento dejo al pajarillo feliz, por lo que volveria al pasar la luna. Cuando volvio a posarse sobre la misma rama, se animo a preguntar un poquito mas alla de lo que el arbol hubiera querido, por lo que tuvo que volver a cantar, relajandolo de manera tal que respondiera con tranquilidad.
-Mi novato compañero, quisas no lo veas, pero mis raices nunca dejaran el lago. Alli me crie, de el me alimente, y con el morire. Solamente estoy aprovechando lo que mis ramas pueden observar desde arriba, para un dia poder regresar con otro punto de vista.

(sin tildes, sorry)





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