miércoles, 31 de marzo de 2010

  • Nací en un hospital privado del cual no recuerdo el nombre, en una familia de clase media, en la gran ciudad de Buenos Aires. Solo vi pasar de hambre en hambre a mi país. Nunca me hablaron de los truinfos sociales.
  • Tardo 20 minutos en bañarme, menos de 5 en maquillarme, 30 en peinarme. Nunca miro televisión, cuando lo hago me quedo dormida.
  • Me gusta la leche, la de vaca. El café me tranquiliza, un buen cigarrillo tambien.
  • Puedo pasar horas leyendo manga y comiendo mani. Me gusta leer en ingles, cada ves desprecio más mi idioma.
  • Mi mamá siempre se olvida el perfume en mi cuarto y se confunde mi ropa con la de mi hermana y, a veces, con las medias de mi papá.
  • Sé hacer la cama (cosa que no todos saben hacer)
  • Amo a mis amigos.
  • Prefiero pasarme una buena tarde tirada en el pasto mirando el cielo antes de ir a Sky.
  • Cada ves tengo menos ganas de irme a Bariloche en 5to.
  • Desde mi cuarto puedo ver lo que estan viendo los vecinos de enfrente en el televisor.
  • No tengo miedo a que me roben.
  • Puedo estar más de 6 horas haciendo un dibujo para que venga mi viejo y me apague la computadora.
  • Un día mi madre encontró como nada a mi cuarto y me tiró toda mi ropa y dibujos al piso. Dijo que ordenara y se fue.
  • Nunca le dije nada.

sábado, 27 de marzo de 2010

Desearía
NO
Quiero
NO
Ncesito
NO

(independencia)

miércoles, 24 de marzo de 2010

Todavía quedan recuerdos
de algo que no debería existir
y algo que queremos evitar
NUNCA MÁS
van a desaparecer en la memoria
Esa es la enseñanza
que no se debería dejar de brindar

viernes, 19 de marzo de 2010

Historias reales, historias ficticiaS
Cuando era más chica, más inocente.
Hace poco descubrí una verdad.
Escribí una carta.
Lastimó.
Me hacía feliz.

¿Por qué cambió tanto la gente? ¿Sera para la superación personal, para llegar a ser ese algo que siempre quisimos ser?. Igualmente, ¿por qué se abandona la gente? No logro alcanzar tanto engaño, tanta hipocresía.
Tan egoísta.

domingo, 14 de marzo de 2010

Cuando ya no hay más necesidad, todo se torna aburrido. Lo peor es que no quiero que vuelva, ya que ahora es más fácil. Será que al mundo le gustan las aventuras, que contradictorio. Para el que siempre busca lo cómodo, siento que se ha despedazado algo que antes dolía.

jueves, 4 de marzo de 2010

Caminar por las calles de recoleta no es nada agradable. Uno se puede encontrar con edificios altos, casas destruidas o abandonadas, calles a medio arreglar y personas que caminan como si el mundo dependiera de sus pasos. Cinco, ocho, tres cuadras después -dependiendo de donde estés- podes llegar a la famosa avenida de la Fe, colmada de gente. Evitando el vendedor de cordones, corriendo para alcanzar el semáforo, saltando los escalones rotos y las baldosas mojadas; podemos llegar a la no tan ocupada calle Riobamba, nombrada así por la historia de una ciudad de Ecuador. Igualmente, usted no va a recordar aquello y va a seguir caminando.
Pasando por dos avenidas vacias de personas pero repletas de autos y pasando por el costado de Crónica -lugar que no vamos a notar, por la falta del color rojo- llegaremos hasta la calle Perón. Antiguamente Cangallo, se le decidió cambiar el nombre causando la confusión de quienes no viven continuamente dependiendo de ella.
Son tres, quizá cuatro, las cuadras que tendrás que caminar hasta llegar al establecimiento, no muy grande pero con presencia, al que suelen llamar colegio. Se pueden ver algunos alumnos, festejando o no, sentados sobre las escaleras de entrada o en los edificios vecinos.

Es aquí donde nos encontramos con dos situaciones contradictorias. La felicidad, el alivio, la dicha, la satisfacción. La alumna salta con las manos a los costados de su pollera y una sonrisa en el rostro. Felizmente cuenta como fueron los hechos.
Entró aterrada. Dijo todo a la perfección pero, ¡cuidado! ¡Un error! ¡Desdicha! ¡Calamidad! Pero ¡si estaba bien! Bueno, te la dejo pasar. ¡Gracias, profe! ¡Es una grosa! Ahora solo hay halagos hacia quien solo hacia su trabajo, cuando durante el año el murmullo sobre el odio era inapelable. Más halagos pero hacia diferente persona en diferente lugar. Un abrazo, ¡pasamos!
Felicitaciones, se ha ganado tres días de vacaciones. Pudieron haber sido tres meses, lo sabemos, pero el profesor era deficiente y decidió que debías seguir estudiando bajo el calor y la posibilidad de estar con tus amigos. Toda la culpa del profesor, ¡pero que falta de educación!

Sin embargo, hay otra imagen en el radio. Un joven, sentado en el borde de un pequeño escalón grita y sacude las manos con vigor. Mira a los ojos solo cuando es necesario, si no, su vista se pasea entre las calles, los autos y el edificio de enfrente que ahora se mira con odio. Aborrecimiento hacia ese profesor que, si bien era notable la falta de lectura, te desaprobó porque tu forma era despreciable. Todos sabemos la verdad, te tenía el ojo desde que te vio entrar a mediados de Marzo. Culpa del nefasto profesor que no dictó el tema que decidió examinar, culpa del establecimiento por contratar a profesionales.

La ociosidad no es mencionada. Tampoco es ignorada, si no es envuelta en su antónimo para evitar las miradas de desprecio y decepción.

Todavía no entiendo porque los culpables no se hacen cargo.


Dudo que lo hagan pero bien sé que lo pensan, hoy día no quiero que me detengan. Quiero llegar más lejos, no me importa lo intolerable que se vuelva.

lunes, 1 de marzo de 2010

Me equivoqué. Porque soy humana, porque estoy aprendiendo, porque camino, porque respiro. Porque siento, porque pienso. Porque actúo. A veces mal, y a veces me equivoco. No soy la única, nadie es diferente a mi (en este aspecto). Pero ya terminó, ya descubrí como evitar equivocarme (aunque a veces va a ser imposible). Ya no voy a tener más lamentos, no voy a decir más exusas, no hay más palabras de culpa. Ahora solo hay que dejar que la vida siga pasando, la tormenta ya terminó.
Darle aire al tiempo.
Como si la vida fuera escrita con una pluma de ingeniería, es imposible saber el típico todo vuelve. No creo en fantasías aunque noches de desvelos me han dado. Estúpido el miedo, incontables los que viven del ajeno. Si el dolor se transofrma en su antónimo, no es lo mismo y no sería volver. Ya la experiencia no es la misma, ya la mirada no es la misma, las lágrimas no son las mismas, la sonrisa no será la misma (esta ves puede ser de verdad). Inútil intentar inventar algo para culpar, como decir que el casador es el culpable
de que el lobo quisiera a la niña.
Yo man,
listen up
'couse here is a story.

It's 'bout this woman
and this man.
She is cute, man, that kind of inocent cute.
He... is scaary, man!
(But that has nothing to do with this)

'Couse he loves her. I mean, real love man. And she... well,
she loves him back!

So, where's the problem here?
Nah, it's not fear of unrequited love, man.
He knows she loves him,
she knows he loves her.

But he wants to win.
Man, he reeealy wants and needs to win.
For his friends, for his lover even!

So she (maybe 'cause she loves him, ya know) wants him to win.
I mean, does whatever the hell for him.

'Cause, ya know man, sometimes love ain't enough.

And that's saaaad man!
.Capas que haya que volver a contar hora a hora, minuto a minutos. Capas que cada segundo ya sea de importancia, capas que cuando el sol brilla el tiempo no para de zambullirse entre las sonrisas.

.Historia difícil de contar será, viviremos para escribirla. Un suspiro nos engañó y la metáfora se malinterpretó. La cenicienta no se enamoró de su príncipe y vivió un happy ever after cuando logró escapar con su palabra y su sinceridad.

.Nos encontraremos con los mismos pecados, eso que solían darnos vergüenza, transformarse en la verdadera forma de placer espiritual y verdadera armonía con otro. No tan complicado como lo hacen parecer, escribir sobre la verdad de la naturaleza humana nunca se volvió tan cercano ni verdadero como en los tiempos de la libertad (o el intento de ella).

.Sin embargo, los murmullos no se pueden evitar y la moral se dejó de lado para seguir con las ideas seniles de los tiempos de ficción. Caras ocultas con máscaras de dolor que envuelven el verde vejestorio.

.La historia se escribirá igual, porque la reseña de la pasión no sera un fallo, si no un acto de evidencia de lo que verdaderamente somos. Y nadie, siquiera su majestad, puede detenerlo.

Amén.
5
Detenerlo, apresurarlo, aplazalor, adelantarlo, retrasarlo.

4
No lo podemos controlar, ojalá fuera así. Las malas decisiones que nos llevan a cometer errores.

3
Solo si pudieramos manipularlo.

2
Las cosas serían distintas.

1
Pero él sigue corriendo.

0
Y ya no hay nada más que hacer.
Se lo llamaba necesidad.
O quizás no, por ahí simplemente era lujuria. Ni que quisiera saberlo, era más fácil evitar pensar en la razón, aunque a veces eso te quita el pensar en la razón por la cual lo pensabamos en primer momento.

Era difícil mantener alejados los pensamientos que muchos llamarían inmorales, yo culparía a las hormonas. Todo proveniente de un simple roce de sus manos, una mirada de costado. Una sonrisa.

Eso definitivamente era extraño.

No siempre sucede con una persona fría que simplemente piensa en ganar y en su futuro. Su meta y su amor se encontraban en algo completamente alejado de una persona, evitando que sean recíprocas las necesidades.

Olía a menta. También a pólvora. Amaba ese olor.

Esbelto y caminando con elegancia, esas manos que lograban definirlo como un demonio, si no incluimos la mirada o el suave cabello.

Y porque era hermoso.

Y nadie podía quitarle eso.

Tambien era temido. Humillaba y psicopateaba, sabía como hacer que el pánico crezca y la confución domine. Sin embargo, nunca fue odiado. Era una buena persona.

No se lo puede denominar como cruel a aquella persona que lucha por lo que quieren sus compañeros. Que los sueños se asemejen no es su culpa.

Bueno, en realidad sí. Él hace los sueños. Y él los cumple.

Y al fin del cabo, hasta los ángeles caen. Y si es en sus manos, mejor.

Fuck morals, this is heaven.
¿Es describible? A veces uno piensa en el juego de palabras interno al intentar describir lo que le pasa a su propia cabeza, para evitar la locura. Es algo que no puede definir con la palabra amor ni con lujuria. Quizas dolor serviría, pero es inútil sacar de eso placer. No, tampoco era masoquismo. Un sentimiento pero no llegaba a ser un pensamiento.

Eso que te hace sonreír y llorar, suspirar y jadear.
Odiar, anhelar, reflexionar, bufar, amar.


Tenía de agarrarlo y cuestionarlo. Hacerle desde las preguntas más estúpidas como "¿te gusta el chocolate?" hasta la que más me interesaba "¿te gusto?", "¿me amas?". Tenía ganas de ahorcarlo y de abrazarlo; tenía ganas de todo y de nada.

No sabía que tan natural sería, capaz que ya era demencia, pero la necesidad de espiarlo y saber todo sobre su maldito ser se encontraba en cada poro, en cada vena, en cada músculo de mi persona.

Seré insignificante como una mosca, seré Goliat, seré Dios mismo o quizás ya no sea nadie, pero no podía evitar ya lo que él me afectaba. Y quizá él me haga revivir.

O un espectro crear.
Los pensamientos ajenos generealmente nos producen el sentimiento hipócrita de culpa. Por eso pedimos disculpas, porque nos dolería si eso nos sucediera a nosotros.

El desepcionar a un padre, el reprobar una materia, el amor perdido; todo genera dolor por el prójimo al pensar que pasara si eso se nos ocurriera a nosotros.

Y porque el mundo es egoista, al mundo le gusta soñar. Estúpidos, inútiles, incoherentes, sinceros, sueños. A veces los sueños se forman parte de nuestra realidad, eso que solemos llamar mentiras

Mentiras que soñamos y añoramos, realidades que no sabemos ya como disfrazar. Y es así cuando me pregunto, ¿qué pasa si nos adentramos demasiado en nuestros sueños?

Bienvenida esquizofrenia.

Como si toda la vida pudiera escribirla en pocas palabras, desde hace tiempo vengo pensando en lo poco que he llegado lograr con cambios repentinos he idiotas. Sera que hace mucho que no hago lo que más me gusta hacer, lo que me hace expresar lo que realmente siento y vivir lo que siempre quise. Siempre deseé la gloria, y la estupidez de lo que siempre tendré para odiar me esta atormentando de una manera que quisiera odiar.

Aunque parezca idiota, lo más hermoso que se le puede dar a una mujer, que se le entrega más belleza de la que se puede desear, me esta volviendo un mosntruo que quisiera alejar para poder volver a ser aquello inquieto que le interesa la vida y desmuestra lo que quiere ser.

Nunca me importó la opinión ajena cuando viene a mi actitud (sinceramente preferiría no cambiar) pero odié que me crean un ser inferior, y así tan nerd como suena, no poder demostrar lo contrario.

En este momento me encuentro con el lápiz en la mano y demasiadas palabras que ya no puedo escribir y que me dan furia en el centro de mi garganta. Siento el dolor de no poder expresarme como quisiera, a pesar de las largas guías o de las horas de práctica. El sol se esta bajando, las horas pasasn y la hoja sigue en blanco, como lo estubo durante todo este tiempo.

Extraño mis habilidades sin límites, y quisiera volver a esa envoltura de imaginación y serenidad que fui, para que la madurez no llegue por el punto de la belleza y el amor. Devuelvanme todo lo que me quitaron y no me cambien por algo que no deseo, porque yo no decidí esto.

Creamos en un mundo perfecto y hazlo revivir.

No voy a intentar entender, por más que mi estúpida cabeza no deje de pensar. Si lo intentas dominar, no llegarás a ser más que un manipulador.

Dejar todo a la libertad puede transformarse a la falta de moral y educación, intenta cuidarlo y se revelarán; controlar todo es imposible si queres que los demás sean así de felices.

Descubrir lo fácil que es vivir simplemente con todo lo que uno puede querer, tendría que recorrer largos caminos pero sé que no va a doler cuando los tengo a mi lado.

Ya lo deprimente fue dejado de lado y, pese a la estupidez que se encuentra día a día, segundo a segundo, puedo confiar en que no me voy a dejar llevar por una multitud envuelta en disfraces.

Amo mi libertad, y saber que tengo la posibilidad de llegar hasta el otro extremo del cielo
o quedarme a tu lado y ser igual de feliz
Logré encontrar el gusto de un buen sueño, llorar de penas y ver quien llora de verdad y quien solo busca ser el centro de atención. Diferenciar entre la realidad y la máscara, escuchar los gritos de los sordos. Cerrar los ojos y entender igual, me permití odiar el egoísmo puro.

Encontré a una joven que no comprendió que no era más que un mono corriendo en círculos sobre la mano de Dios y me encuentro sonriendo antes sus lágrimas maquilladas. Me enseñaste a mentir sobre tus verdades, descubrí que no necesito mirar dos veces para descubrir en quien confiar o en quien no.

Me equivoqué un tiempo atrás, ahora, sé que la verdad no siempre se encuentra en las mentes de aquellos que, normalmente, parecen los más fáciles de confiar.

No será el tiempo transcurrido ni las memorias que se borran, si no de la experiencia más pequeña que va quedando levemente en mi cabeza, formándose en sabiduría y verdad.

Verdades que no me pueden quitar. Amor que me diste para regalar.

Y estúpido es tu cabeza por ser tan sabia, transmitís algo inexplicable con palabras poéticas o rarezas literarias.

Hoy puedo morir y renacer en tus brazos de nuevo.
Creo que existe una fina linea que separa lo que es bueno de lo malo
Lo que debe hacerse y lo que esta mal
Lo que se debe amar, lo que se debe odiar
Pero cada tanto me pregunto
¿Quién dibuja esa linea?
Inquebrantable, sin siquiera temblar.
Sosteniendo sólamente su orgullo.
Buscando desesperadamente una sonrisa.
El amor es el encuentro.
La separación no es más que una pieza de ropa transparente.

Osorezan Revoir

Hay algunas personas que me dan ganas de contarles la historia de la tortuga y la liebre. Todos saben que el segundo es más rápido, pero la tortuga nunca paró, siempre siguió intentando. La liebre, demasiado confiada, no se dio cuenta que por ir tan rápido se cansó muy temprano. Y quien, lento pero seguro, iba detrás la pasó.

Si por ir tan rápido me voy a cansar, prefiero seguir yendo con mis cortos pasos

Y así llegar primera a la meta.
Hey!
¿Nunca te pasó que sentiste como si nadie estuviera a tu favor?
Como si todos estuvieran en tu contra
Porque hay veces que las opiniones son diferentes
Y la tuya es la más rara
Puede que sea la decisión correcta
O el pensamiento más lógico
Pero, igualmente, nadie llega a comprenderlo
Y por eso todos piensas que vos estas mal
(pese a que así no lo sea)
Y vos te reís por la estupidez ajena.

A mi me esta pasando eso
Pero no voy a cambiar mi decisión
Porque si el mundo esta en mi contra
Que cambie el mundo.
El mundo hoy en día pide alagos, dale una verdad y vas a ser acusado de envidioso y cruel. Para poder ser una buena persona, hay que perder honestidad.

Ya no me aguanto este mundo.

Por suerte, logré viajar hacia otro mundo donde la verdad contamina y las mentiras son manchadas con miradas de desprecio y malestar. Pero eso no evita que tenga que volver a este mundo idiota y egoista.

Cuando este mundo descubra la idioteces que comente, se quedará solo, ya que la gente descubrirá los otros mundos donde va a ser (inevitablemente) feliz.

Y descubrirá que hay que empezar a decir la verdad.
Caminas de manera estable por los pasillos, con la mirada siempre al frente. Los que se encuentran a tus costados se quedan petrificados con miedo de verte a los ojos, sin poder respirar ante tu autoridad. Sin embargo, vos no evitas girar levemente la cabeza y sonreírles un poco, sacándoles un suspiro.

Inclusive tus movimientos cuando te sentas en ese cómodo sillón son suaves, delicados, precisos, perfectos. Hidalgo, con solo sentir tu presencia uno empieza a temblar, temeroso de quedar demasiado en el piso.

Me hablas con calma, con las palabras justas y necesarias. Ni una palabra más, ni una menos. Sonreís cuando es necesario, reís con sutileza y hablas pausado para que entienda. Es fácil escucharte, con esa voz que parece música, contarme esas lecciones que de la profesora no pude entender y de vos todo parece fácil.

No solo demostrás inteligencia, si no audacia y una increible experiencia en lo que llaman vida. Podes saber más que una enciclopedia y describir mejor que un diccionario. Tu personalidad lo demuestra, tu postura lo asegura y tu mirada lo afirma.

Y es ahí cuando me pregunto, ¿cómo hacen los hombres como vos, los que mueren de pie?
Tu ignorancia duele más que tener que dar mil perdones
Quisiera que la fuerza de mi autoestima fuera más,
aunque sea un poco
Y así poder llegar hasta el punto de enamorarte
Decirte lo que pienso, eso sería fantástico
Si no fuera porque evitar el dolor se volvió lo primordial
Mierda por la inseguridad
Solo pido un milagro y algo más que dar.
Porque las palabras bonitas y las frases bien armadas no significan que el escritor sea un buen pensador,
solo significa que tiene talento.

(que me encantaría tener)
Extraño que una farsa domine más las fantasías de las personas que la verdad. Como quisiera que alguien sensato pudiera gritar y aclarar la realidad.

Como quisiera que alguien me dijera que esto no es más que una fantasía.
Che, che, che.
Contame un chisme.
Y yo te cantaré esta historia de amor.
Que empezó con un hombre tímido.
Y una mujer sin sueños.
Esta historia donde el dolor no se ve,
Las lágrimas no se sienten.
Donde todo es verdad.
Y el final feliz no es donde todo termina.
Una maravillosa historia donde todo parece tan bueno.
Que la felicidad se transforma.
Y al ver la realidad.
Uno descubre que se tiene que poner a escribir.
Si supieras lo que es el dolor, si de verdad supieras lo que es sufrir. Si hubieras sentido tu cuerpo desespedasarse y, a pesar de que intentes unirlo, sientas un agujero en el centro. Si supieras lo que es que te quiten el corazón, si supieras lo que es llorar sin poder parar, si supieras lo que es no poder sonreir aunque sea falsamente. Si supieras lo que es el dolor.

¿Cuándo sufriste el dolor? Me diras que sabes, me contaras tu vida y, aunque detalle no se te escape, no podré sorprenderme. He vivido mil vidas sin saberlo y he recorrido caminos que todavía no han sido descubiertos. No hables, no grites, no desesperes. Todavía te falta.

Y hablas de experiencia como si fueran simples garabatos, cuando ni tu mismo entiendes las obras de arte de quien te esta hablando. Y ya te encuentras agitado de tanto hablar, aunque no hayas dicho nada.

Te contaré de agonía, te mostraré el verdadero tormento con una mirada. Veras que abrazarse a uno mismo no ayudará, como si necesitaras unirte más y más. Te faltará el aire debido a las lágrimas, te dolerá la cabeza de pensar en lo que pudo haber pasado.

Y mediante mis ojos comprenderas que el dolor tuyo no sobrepasa mis miles de años de sufrimiento.
El colectivo salía a las ocho, por lo que a las siete y media ya debía estar en la salida.

Sin embargo, a eso de las seis y pico, con mi madre y yo decidimos que no nos haría mal una última caminata por la playa. Creyendo que el contaminado aire de la ciudad me haría mejor, mi familia buscó trabajo y hogar en la poblada ciudad de Buenos Aires, dejando de lado mis amadas playas de arena no tan blanca, pero agradable para los pies.

Siempre amé esta playa, es el lugar donde nací y me crié. Los asfaltados caminos de la capital me hacen sentir fuera de mi lugar, no es mi hogar. Pero, a pesar de todo, no puedo evitar esto.

Con pocas palabras, pude convencer a mi madre que me dejara caminar solo por las playas cubiertas de caracoles y una que otra comida de los visitantes que pasaron la tarde por aquí.

Caminé hasta llegar a un paradero que me era conocido. Recordé cuando solía caminar con ella por las rocas, y mirar el sol ocultarse por el oeste, reflejandose en el mar. Después recordé otro día, un día en que su alegría era inmensa ya que hacía calor y podía meterse al mar. Yo la miraba desde lejos, cansado de tanto caminar.

Sin saber como, empecé a correr más y más rápido. Sabía que me estaba alejando de mi madre, pero esos recuerdos me hacían tener una adrenalina que se me hacía imposible estar tranquilo. Era extraño como el recuerdo de esa sonrisa haga que mis piernas corrieran más rápido, y que mis ojos se empiezaran a nublar.

Recordé como me llamaba con las manos, comentando que el agua estaba cristalina y caliente. Ninguno de los dos se dio cuenta, entre tanto terreno paradisiaco, que el salvavidas recomendaba no meterse porque el agua llevaba mucho.

Ella tampoco lo notó. Y menos notó cuando ya se había alejado mucho.

Al ver que ella no estaba a mi vista, metí los pies y, de apoco, todo el cuerpo en el mar. Grité su nombre, y ella me respondía entrecortadamente desde lo más hondo del mar.

Seguí corriendo, mientras mis pasos quedaban marcados en la arena, por esas playas que me hacían acordar de ese tormentoso día. Ya ni podía mirar, no sabía si eran las lágrimas o el recuerdo vivo en mi mente.

Ella gritando, el guardavidas intentando llegar lo más hondo posible, las mujeres gritando, los niños llorando.

Ella ahogandose.

Ya ni hacía pie cuando llegué donde estaba ella. Tampoco podía mirar, entre el agua salada y el llanto inevitable.

Era tarde.

Y los recuerdos de ese día no me hacían pensar. Ya cuando mis músculos no dieron más (de tanto correr o de tanto trauma) quedé quieto donde estaba, mirando el mar.

Avancé lentamente, mojandome las zapatillas, las medias y luego los pantalones. Grité su nombre un par de veces. Sin respuesta, y aunque fuera imposible que la hubiera, grité de nuevo. Y grité, y grité.

Y me hundí más en el mar.

Y por fin escuché respuesta.
Siento que tanto las pesadillas o los sueños estan sobreestimados. Es decir, uno puede pensar en un futuro luminoso o, quizás, ser más pesimista y pensar en las caídas que uno sufrirá en la vida.

Sin embargo, el futuro que nos depara no está escrito, por lo que los sueños son irrelevantes en la vida.

No hablo de los planes que lleguemos a tener, si no aquellas imágenes un tanto borrosas que solemos tener cuando cerramos los ojos a la noche o cuando la lección de economía se nos vuelve aburrida.

Los sueños, generalmente, nos muestran una realidad que no existe, una fantasía que no llegará a ser más que un cuento. Por eso odio los sueños, porque sé que nunca se van a volver realidad.

(Y por eso odio soñar con vos)

Al cambio, amo las pesadillas. Ellas son sueños, vistos desde un punto de vista negativo aunque, a pesar de que nos pueden dar escalofríos o nos hacen pegar unos lindos gritos o llandos, me encantan.

Porque me hacen ver lo lindo que es la realidad.
Con alas robadas no se puede volar
El viento sopla suavemente, refrescando luego de duros días de trabajos. El olor a diferentes flores que no sabré nombrar se siente a medida que uno camina por las calles solitarias y calmas de Buenos Aires.

Se ve una niña correr a lo lejos, sonriendo por felicidad pura mientras llamaba a su madre, quien no tardaba en llegar a los pequeños brazos de su niña.

Por otro lado se podía ver al diarierio, un sabio anciano que conoce de las noticias de ayer, de hoy y las que posiblemente salgan mañana. Él aconsejaba a una joven estudiante de medicina sobre la mejor revista de moda para comprar.

A la cuadra y media se podía ver a los entusiastas chicos del lavadero de autos, que de ves en cuando, cada tanto, se olvidaban de su tarea y jugaban con las mangueras. Siempre riendo, demostraban que hasta en el trabajo uno puede conseguir algo divertido que hacer.

Si caminabas un poco más se podía encontrar a los pobres necesitados, sin casa y con poca comida. A pesar de todo, se los veía brindar con un poco de agua que habían recibido de un maravilloso donador. Brindaban por salud, amor y trabajo.

Después se podía ver a los adolecentes (que ya se creían grandes) salir del colegio. A pesar de lo exhausto que había sido el día, no evitaban hablar entre sí sobre el último chisme o liberarse de las tareas.

Allí se puede ver la felicidad que parece existir, la paz.

Parece la calma antes de la tormenta... y no se siente bien.
Agonía y tristeza pueden transformarse en el peor de los pecados si caen sobre los cuerpos de aquellos que no tienen fortaleza suficiente para aguantarlos. Por más que sus armas sean hechas por los mejores especialistas, el corazón no se lo puede proteger.

Por más que parezca que algunos crean que lograron fortalecerlo con tinta negra, el dolor que recorre por nuestras venas lo pueden desteñir.

Recorrer tierras lejanas montando los animales de jóvenes caballeros de armadura blanca, que caen tras las flechas de un cupido con los ojos vendados y los enamoras del Laurel.

Confiar en que el amor no dolerá será la peor desdicha.

Por eso confiar puede volverse peligroso, por eso hay que experimentar y tener certera. Por eso se necesita tener experiencia y vivir, cada uno de los momentos que la vida nos ofrece.

Y asi poder susurrar cultas palabras en los oídos de los sabios.
Quisiera navegar por el pacífico en un velero de papel, recorrer por todo Canadá a pie, andar por la muralla china en bicicleta.

Quisiera escribir en el cemento de una calle de Nueva York y balancearme entre los límites de Francia y España. Manejar un fitito a gas y enamorar a un cantante.

Quisiera tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol. Quisiera que la televisión no comente, explique, lo que yo haga.

Quisiera dejar mi marca en el mundo.
Sé que debería estar triste mas eso no me es posible. El hecho de que voy a perder contacto con muchas personas y que todo va a cambiar me pone feliz.

Si bien no era el tipo de cambio que yo quería, es un cambio que necesitaba y, aunque a veces lo dudo por segundos, me va a ser lentamente más feliz.

Porque la felicidad es fácil de conseguir, un simple beso o un abrazo te la puede traer; pero como bien fácil se consigue, bien fácil se puede destruir. Ya descubrí el peso de la felicidad que me quitaron cuando sufrí el cambio anterior y, ahora, estoy preparada para sostenerme a la felicidad sin caerme por el peso.

Me entiendan o no, nadie me va a hacer cambiar de opinión. Disculpen por querer olvidarlos pero, este es un camino y no voy a dejar de correr por aquellos que se rindieron a las manos de la pereza.
Ya no canta, ya no harde. Ya no quema, ya no estimula. Ya no siente, ya no alegra.
Ya no existe, ya no duele.
Tú amor ahora es nulo.

Y solo siento el dolor cuando alguien toca la cicatriz.
¿Le gustaría ir a algún increíble?
Donde el gran cielo azul parece dudar para siempre
Porque siento que voy a dejar todo atrás
Vida en el sol, que es allí a donde voy
Y no creo que haya nada aquí que vaya a olvidar, ¿y usted?
No, no creo que haya nada más que hacer
Así que traiga el sol
Vamos a volar hasta el final del cielo.
No todos pueden ser heroes.
Alguien tiene que aplaudir cuando yo camine por las calles.
Un domingo a la mañana no hay nada peor que te despierte el sonido de un nuevo mensaje en el celular, la agonía se multiplica al notar que el mensaje es, simplemente, de una empresa que quiere hacer publicidad. Sin poder enfrentarse al sueño, uno decide hacerse el desayuno. Al abrir la heladera como todos los días, se puede escuchar el chillido que demuestra la longevidad del aparato. Con un suspiro y un poco de resignación, sacó el pedazo de pan que, seguramente, ya se habrá pasado de fecha de expiración.

Intentado consumir el repulsivo sanguich, uno mira por la ventana pensando que tan mejor la vida podría ser. Uno se imagina que podría ser un doctor conocido por la cantidad de vidas vitales para el resto del mundo ha salvado, como uno podría haber sido ese hombre que las madres piden que curen a sus hijos con desesperación pero sabiendo que uno los salvaría. Ser ese hombre reconocido por ser el héroe que no existe en los comics.

Entonces, uno escupe algo, tan sombrío y espantoso como el sanguich en sí, y mira al piso. Uno recuerda como se oía el llanto y la decepción de sus padres, la desilusión de su hermana (quien, por cierto, empezaba medicina este año). Uno también se acuerda del dolor en su cachete izquierdo producido por la cachetada de quien era, en su momento, la persona más importante para uno, esa con la cual uno soñaba tener hijos y una casa grande, un coche rojo y un golden retriever.

Puede ser la locura que tanto mantenía guardada en uno hace varios años, o el sanguche que ya empezaba a demostrar sus efectos secundarios, pero uno empieza a reír absurdamente. Mientras la carcajada se va transformando en un sollozo casi silencioso, los ojos de uno se van humedeciendo como el vidrio de una ventana en un día de lluvia. Las lágrimas siguen cayendo, junto al cigarrillo que empieza a quemarle los dedos.

Uno no desea esa vida, sin embargo, fue la que eligió. Prefirió lo fácil y terminó costandole el doble.

A pesar de que tirar el cigarrillo al suelo y ensuciarlo más no ayudara a calmar estas aguas turbias, uno lo hace y levanta la pierna hasta apoyar la rodilla sobre el borde de la mesa. Sin cuidado, ya que uno no lo tenía más, dejó descansar su pecho sobre la pierna y la rodilla. Apretando fuertemente los labios, como si el dolor calmara, uno espera a que un milagro llegara.

Posiblemente no haya sido un milagro, pues nadie lo creería, pero uno puede escuchar el irritante sonido chillante del timbre de la puerta principal. Con desgana, uno decide ir a abrir, apenas rozandose los ojos con el brazo sin intentar disimular llanto de hace un par de minutos.

Al abrir la puerta (que, por cierto, también hizo un chillido irritante) uno puede ver a su hermana, un poco más madura y con una bata blanca que dice -más bien, grita- que ella ya es doctora, que apenas le había hablado en los últimos años. Que uno se sorprenda por la ausencia de una sonrisa o la leve inclinación de sus cejas haciendo que sus ojos se vean severos, sería insólito ya que uno está, deprobablemente, acostumbrado a verla así.

Dar un simple suspiro y no decir nada (ya que las palabras quedaban atascadas en la garganta) es lo único que uno puede hacer. Ella, sin embargo, entra con descaro a la casa y empieza a hablar con una vos alta y llena de orgullo, lo que le extraña a uno.

-Veo que te estas destruyendo -dice, mirando por encima el nefasto departamento- más -agregó.

A pesar de que sus palabras, tan frías y lejanas, no eran lo que uno esperaba, no podría dejar de mirarla con orgullo y felicidad.

-¿Tanto tiempo y tratas así a tu hermano mayor? -cuestiona uno, casi con gracia.

-No vengo a verte por gusto-le responde, mirandole a los ojos, de tal manera que uno podía sentir el tamaño de su ser que era, irónicamente, mayor al suyo-, vengo porque mis... nuestros padres lo pidieron. Quieren que te "ayude" y vea si tenes algún... algún problema, de salud -decía mientras jugaba con las manos, moviéndolas de aquí y allá, y mirando el techo cada tanto -. Todavía desprecio como alguien que casi llega a ser doctor puede vivir en estas condiciones.

-Bienvenida a mi mundo. Te ofrecería una cerveza pero no tengo más -

-¿No confundí la casa, sos vos mi hermano? ¿Aquél que tenía las mejores notas, proporcionándole una beca, aquél hombre que salvó la vida de muchos seres humanos aún siendo estudiante(*), aquél joven soñador que decía poder llegar a ser un héroe, aquél que salvaría a la humanidad, aquél que caminaba por la calle y los niños le sonreían? -ella ya no podía evitar gritar y lloriquear, balbuceando las palabras. Uno no la puede mirar, sintiéndose decepcionado por uno mismo -¿Dónde está, dónde está? -sigue preguntando, sin que sus palabras se entiendan.

Uno mira la ventana, intentando ignorar los sollozos.

Él había muerto y ahora era otra persona, consumida por la ignorancia.
En tiempos de cambio,
todo el mundo pelea, lucha,
tratando de sobrevivir en las turbias aguas.

Pero cuando alguien no lo logra,
¿quién lo salbará?

Naide, pues todos se quedan
sin poder más que decir

Palabras de culpa.
Me quiero ir. Quiero escaparme, no quiero saber nada. Quiero perder todo. Quiero olvidarme y perder aunquesea lo más presiado para mí. Quiero salir corriendo, recorrer nuevos rumbos y perderme en otro lugar. Quiero irme, no quiero recorrer, quiero escaparme.

Me quiero ir,

Me quiero ir,

Me quiero ir.

ME QUIERO IR
Vivir intentando sobrevivir. Vivir con la agonía de un mundo que no ayuda, vivir sin amor, vivir cuando tu propia cabeza va muriendo lentamente.

Vivir para sobrevivir, ya atada a la muerte. Vivir por vivir, alma muerta, cuerpo en cadenas. Sobrevivir por instinto, vivir sin razón.

Almas en pena que caminan por las calles como si fueran caminos que los llevaran a algún lugar. No buscan monedas, sólo buscan sobrevivir.

Mentes que buscan paz, descanso y serenidad. Enfermos sin culpa, amantes de la libertad. Beben su propia muerte simplemente porque están sedientos.

Gente sin trabajo, sin aliento para seguir adelante. ¿Por qué viven? ¿Para qué viven? Viven para sobrevivir.

Para demostrar que no se van a dejar vencer.
Me siento idiota. Me siento idiota cuando mi corazón empieza a latir rápidamente con sólo escuchar su vos, no poder evitar sonreír como una pelotuda cada ves que me habla, no poder sacar mi vista de esos ojos hermosos.

Odio pensar que sea amor, odio pensar de que es inevitable querer abrazarlo. Me siento idiota cuando lo beso, me siento idiota por no pensar y dejar que mi instinto me llevara.

Pensar que es amor cuando sólo es una estupidez de esta joven edad, pensar que puedo estar para siempre cuando sé que es imposible. Pensar sólo en algo imposible para mi corazón, para mi cuerpo y para mi realidad.

Odiarme a mi misma y a mi puto instinto, odiar lo más lindo que me trajo la vida.