lunes, 1 de marzo de 2010

¿Es describible? A veces uno piensa en el juego de palabras interno al intentar describir lo que le pasa a su propia cabeza, para evitar la locura. Es algo que no puede definir con la palabra amor ni con lujuria. Quizas dolor serviría, pero es inútil sacar de eso placer. No, tampoco era masoquismo. Un sentimiento pero no llegaba a ser un pensamiento.

Eso que te hace sonreír y llorar, suspirar y jadear.
Odiar, anhelar, reflexionar, bufar, amar.


Tenía de agarrarlo y cuestionarlo. Hacerle desde las preguntas más estúpidas como "¿te gusta el chocolate?" hasta la que más me interesaba "¿te gusto?", "¿me amas?". Tenía ganas de ahorcarlo y de abrazarlo; tenía ganas de todo y de nada.

No sabía que tan natural sería, capaz que ya era demencia, pero la necesidad de espiarlo y saber todo sobre su maldito ser se encontraba en cada poro, en cada vena, en cada músculo de mi persona.

Seré insignificante como una mosca, seré Goliat, seré Dios mismo o quizás ya no sea nadie, pero no podía evitar ya lo que él me afectaba. Y quizá él me haga revivir.

O un espectro crear.

No hay comentarios: