lunes, 1 de marzo de 2010

Si supieras lo que es el dolor, si de verdad supieras lo que es sufrir. Si hubieras sentido tu cuerpo desespedasarse y, a pesar de que intentes unirlo, sientas un agujero en el centro. Si supieras lo que es que te quiten el corazón, si supieras lo que es llorar sin poder parar, si supieras lo que es no poder sonreir aunque sea falsamente. Si supieras lo que es el dolor.

¿Cuándo sufriste el dolor? Me diras que sabes, me contaras tu vida y, aunque detalle no se te escape, no podré sorprenderme. He vivido mil vidas sin saberlo y he recorrido caminos que todavía no han sido descubiertos. No hables, no grites, no desesperes. Todavía te falta.

Y hablas de experiencia como si fueran simples garabatos, cuando ni tu mismo entiendes las obras de arte de quien te esta hablando. Y ya te encuentras agitado de tanto hablar, aunque no hayas dicho nada.

Te contaré de agonía, te mostraré el verdadero tormento con una mirada. Veras que abrazarse a uno mismo no ayudará, como si necesitaras unirte más y más. Te faltará el aire debido a las lágrimas, te dolerá la cabeza de pensar en lo que pudo haber pasado.

Y mediante mis ojos comprenderas que el dolor tuyo no sobrepasa mis miles de años de sufrimiento.

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