jueves, 27 de mayo de 2010

Él llegaba como una tormenta. Sin aviso, capas con una suave brisa que marca la calma, pero llega y cambia todo tu alrededor. Lejak, era un nombre eslovaco y definía su personalidad. Rubio de ojos claros, alto, robusto. Hablaba con acento Ruso (capas sea por su nacionalidad pero, a decir verdad, no conozco mucho de su país). Su potencial tanto político como económico no era el mayor pero, por ahí me este equivocando ya que la mayoría en los de su posición prefieren mantenerse en secreto, la facilidad de persuasión y de argumentación
(de mentir)
lograba tener a todo aquel a sus pies.

Nunca quise, tampoco lo intenté evitar a decir verdad, caer en su red. Fue tan ligero, sus movimientos delicados. Cada detalle tan pensado que, por más de que llegado el momento no rehuí su presencia en mis pensamientos, sin notarlo me atrajo con tal facilidad que no solo todo parecía planeado si no marcado desde que su mirada cruzó la mía (o la mía la suya).
Si mi cabeza hubiera dejado, no por siempre pero en ese tiempo en el que no tenía que sonrojarme o que las palabras se me empiecen a tropezar, de pensar en cada una de esas situaciones donde su sonrisa se marcaba con gracia y, cuando todo el mundo lo miraba, Lejak me miraba a mi.

Por momentos se distraía y reía con inocencia tras los anteojos oscuros, repetía frases de autores que nunca podía reconocer ni recordar. "La tormenta espera a que broten las flores; la vida es todo sobre despedidas"; solo lo había escuchado nombrarla una ves. Era simple, por ahí no era fácil de comprender pero la rutina diaria que, con Lejak no es rutina hasta que se acostumbra a lo que no se acostumbra uno día a día y que las cosas no giren si no que fluyan, es tan simple como el dos más dos.

Entender que una vida llena de todo pero sin que se comprenda y tener que virar en busca de lo que se te da gratuito pero no es lo justo. Emprender algo por tu propia cuenta sería confuso y sigue dando vueltas porque la vida solo lo cambiará cuando su nombre cambie.

Lo más precioso que me ha dado, junto con un anillo.

(Lejak es tormenta en eslovaco)

1 comentario:

Vicky dijo...

me suena a la herencia de eszther jajajaja me hace recordar jajaj te amoo!